Son habituales en la repostería de Castilla y León las pastas de todo tipo, el bollo maimón, el ponche segoviano, etcétera. Castilla y León es también importante por su producción de vitivinícola, pudiendo encontrarse los vinos de Toro, los tintos de la Ribera del Duero, los blancos de Rueda y los claretes de Cigales, entre otras denominaciones de origen entre las que también destacan Tierra de León y Bierzo.