Se contrata a Miguel Ángel Ruiz para ese cargo y se decide la continuidad de Quique Sánchez Flores a pesar de la negativa dinámica interna que estaba llevando el vestuario y de la falta de sintonía entre entrenador y afición. La afición se encontraba dividida entre partidarios del italiano o del entrenador. Al principio se realizaba con el mismo tejido que el vestido o falda, aunque posteriormente se confeccionaron de cuero, piel, plástico, metal y otros materiales.