Un remate de Varane se fue al larguero y Zidane decidió que había que cambiar de plan. Pjanic, que no estuvo en la ida, le ganaba la partida a un Casemiro por debajo de su nivel y cuando la Juve salía lo hacía con todo. Una jugada que empezó por la derecha de su ataque y el centro lo remató otra vez Mandzukic, demasiado alto para Carvajal, demasiado cerca del palo para Navas.